miércoles, 18 de mayo de 2016

Iconos miticos de Barcelona (Paula LM)



Los Mil Dragones de Barcelona



 


La palabra dragón procede de la palabra latina draco, que procede de la palabra griega drakon que significa “serpiente”, y que a su vez proviene de la voz griega dérkomai, que significa “ver claramente” o “mirar fijamente”. Por ello, los entendidos dicen que dragón significa “la serpiente que mira fijamente”. Para los que estén interesados en saber más, en este artículo se os explica claramente la etimología de la palabra.
El dragón es un animal mitológico que aparece en varias culturas, representado con diversas formas y asociado a diferentes simbolismos. La mitología popular nos habla de dos tipos de dragones. Por un lado, los dragones europeos, que son en su mayoría malévolos y cuya avaricia y codicia les lleva a destruir para conseguir grandes riquezas; y por otro, los dragones orientales (dragones chinos –long-, los japoneses –ryū– y los coreanos –yong-), que son vistos como seres benévolos que encarnan la sabiduría y el conocimiento. También se les atribuye un doble papel: el de guardián (habitualmente de un tesoro) y el de monstruo devorador que debe ser vencido (lo que nos lleva irremediablemente a buscar un héroe o dios que, a modo de prueba, luche frente al monstruo). 


                                       San Miguel y el dragón en la Casa de la Caritat
Con la llegada del poder de la Iglesia durante la Edad Media, los dragones empezaron a relacionarse con la simbología del pecado, por ese motivo suelen representarse a los pies de un santo en representación del triunfo de la fe y de la cristiandad sobre el mal. Dos ejemplos muy característicos son el de Sant Jordi, imagen que podemos ver repetidamente en muchos espacios de la ciudad (las de origen medieval principalmente en espacios religiosos), y el de Sant Miquel, como la que hay el patio interior de la Casa de la Caritat.
Dentro del bestiario festivo tradicional catalán, el dragón también es un elemento que no nos suele sorprender verlo participar en correfocs o pasacalles. La llegada del Corpus (origen de todos los desfiles festivos populares) creó la necesidad de cristianizar las tradiciones paganas, por lo que al dragón le concedieron un lugar destacado al lado de Santa Margarita a quien, según la leyenda, el Diablo intentó devorar escondido tras la apariencia de un dragón y que finalmente consiguió escapar gracias al crucifijo que llevaba entre las manos. También de la época medieval procede la presencia de un dragón alado en la cimera del escudo del rey de la corona catalano-aragonesa Pere III el Cerimoniós a modo de emblema personal, y que se conoce con el nombre de cimera reial (cimera real), cimera del drac pennat o drac alat (cimera del dragón alado). En heráldica, la cimera se coloca en la parte superior (timbre) de un escudo de armas como distintivo personal. En la actualidad, el escudo de la Comunidad Valencia sigue conservando este distintivo.


Pero la explosión de la presencia de dragones en cornisas, balcones, dinteles, lámparas, picaportes llegó con el Modernismo, especialmente destacable en el barrio del Eixample, donde mayor número de edificios modernistas hay en la ciudad de Barcelona. La imagen de los dragones se mueve entre lo gótico y lo exótico, lo que explica perfectamente su presencia tanto por la deriva neogótica de este movimiento artístico, como por el interés de la burguesía de la época por lo exótico. Por supuesto, tal y como hacemos siempre que tocamos el tema del modernismo, no nos queda más remedio que hacer una mención especial a los dragones que nos legó Antoni Gaudí, especialmente a dos de ellos: el de la puerta de la Finca Güell (Ladón) y el de “trencadís” del Park Güell (Pitón), convertido con los años en una de las imágenes de Barcelona más conocidas alrededor del mundo.


 
 Ladón en los Pabellones Güell





Pitón en el Park Güell
















  • El caño de agua de la Fuente de Hércules en los jardines del Palacio Real de Pedralbes.
  • Las cuatro dragonas (de las pocas representaciones femeninas que hay en la ciudad) en la fachada de la Foix de Sarrià de la plaça de Sarrià.
  • La imagen de Sant Jordi y el dragón en la fachada del Palau Baró de Quadras que da a la Diagonal.
  • Los 556 dragones en las barandas de los balcones del Hotel Condes de Barcelona.
  • El tejado de azulejos representando el lomo de un dragón recubierto de escamas en la casa Batlló.
  • La imagen de Sant Jordi luchando contra el dragón en la puerta de acceso a la Casa Amatller.
  • Los dragones de las arcadas de la casa Lleó i Morera.
  • El dragón enroscado en el pináculo que corona en el lateral del edificio de Passeig de Gràcia, 26.
  • Los de la tribuna que hay en la esquina del edificio Bosch Alsina en la plaça Catalunya.
  • Las dos representaciones de Sant Jordi luchando con el dragón en la fachada neoclásica (plaça de Sant Jaume) y la fachada gótica (carrer del Bisbe) del Palau de la Generalitat (la representació más antigua de Sant Jordi en toda la confederación catalano-aragonesa).
  • El escudo de armas que hay sobre la puerta de la fachada gótica del Ajuntament.
  • El dragón chino de la casa de los Paraigües, de Josep Vilaseca, en el Pla de la Boqueria; el más exótico de todos.
  • El dragón del parque de la españa industrial. 
  • Los ocho dragones en la base del monumento a Colón.
  • El dragón del mosaico que hay en la fachada de la Casa Ramona.  
  • Los ocho dragones en la base del monumento a Colón. 



  • MOSTRADAS SEGUN LA MENCION DE IZQUIERDA A DERECHA
  

 





























































































































































Paula LM

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